Libros y Autores

Sabías que las casas donde vivieron el escritor polaco Witold Gombrowicz y el periodista Rodolfo Walsh, la sede de la Biblioteca Nacional en la que Jorge Luis Borges fue director, el Parque Lezama que inspiró Sobre héroes y tumbas, la librería más antigua del país, la primera imprenta de la ciudad durante el Virreinato de La Plata, son algunas de las referencias que alberga San Telmo y sus alrededores sobre el pasado y del presente de las letras y la palabra escrita.

Respecto a la librería más antigua: es la Librería de Avila, conocida hoy como la “Librería del Colegio” se fundó en 1785 y sigue frente al Nacional Buenos Aires. Por allí pasaron patriotas que, entre libros y debates, fueron gestando la Revolución de Mayo

En la Librería de Ávila no sólo hay ávidos lectores, alumnos buscando libros de textos o padres comprando manuales. Entre estanterías y mesas atiborradas de libros más de cien mil ejemplares, los turistas sacan fotos atraídos por su historia.

Uno de los carteles reza: «la librería más antigua del planeta». En el fondo, se escuchan tangos que salen de un tocadiscos antiguo. Al entrar, se viaja como en una cápsula del tiempo.

Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno y Juan José Paso -entre otros- frecuentaban la librería y La Manzana de las Luces. Se reunían en el Café de Marco y cruzaban a la entonces Librería del Colegio, frente al Nacional Buenos Aires. Allí buscaban, además de los libros de moda, los de la sangrienta Francia de 1789. Poco a poco, entre debates y polémicas, se fue gestando lo que para mayo de 1810 sería la Revolución.

La librería de Ávila, en la esquina de Alsina y Bolívar, nació en 1785 en una Buenos Aires dentro del Virreinato del Río de La Plata, bajo el mandato de Carlos III en España.

Se fundó como un ranchito con paredes de adobe y techo de paja, y después fue la primera casa de la ciudad en tener dos pisos. «Le decían La Botica porque vendía hierbas medicinales. Luego comenzó a tener objetos relacionados con el gauchaje: desde botas de potro hasta facones», cuenta Miguel Ávila, dueño de la librería desde hace 30 años.