Historia

En el siglo XVIII comenzaron a instalarse en el margen del Riachuelo las barracas, que eran construcciones bastante rudimentarias que se utilizaban para almacenar cuero y carnes saladas, y que funcionaron también como almacenes de esclavos.

El 24 de marzo de 1791 se inauguró un puente que le otorgaba al barrio un valor estratégico muy importante y que sirvió tanto para las invasiones inglesas como para el sitio de Buenos Aires de 1852. El puente estaba construido de madera y el precio para cruzarlo era el siguiente: Carreta cargada2 reales, 4 bestias cargadas½ real, 8 bestias cargadas½ real, coche, calesa o carretón: 1 real. En 1858 parte del puente fue destruido por las inundaciones, y fue reemplazado en 1871 por otro construido en hierro. Este puente también fue destruido en 1884 y fue reemplazado por otro de madera hasta que en 1903 se construyó el puente levadizo de hierro para el pasaje de barcos. Este puente duró hasta 1931, cuando se inauguró el puente que se puede ver en la actualidad.

Desde la época de Juan Manuel de Rosas hasta fines del siglo XIX el barrio era el lugar de residencia de las familias más acaudaladas de la ciudad. El Palacio Díaz Vélez, que fuera propiedad del estanciero don Eustoquio Díaz Vélez (h), ubicado en la actual Avenida Montes de Oca N° 110, es el más importante ejemplo de estas mansiones y sus importantes parques, aún en pie. Durante esta época la zona cobró mucha importancia y en el barrio se realizaron para 1833 corridas de toros en homenaje al gobernador Rosas. La avenida Santa Lucía (luego llamada Calle Larga y actualmente llamada Av. Montes de Oca) era el nexo principal entre el centro y el Riachuelo, y en ella estaban instaladas famosas pulperías como la de Santa Lucía y La Paloma.

La epidemia de fiebre amarilla que se desató a finales del siglo XIX en diferentes zonas del sur de la ciudad, causó que las familias con mayor poder adquisitivo se mudaran a las zonas ubicadas en el norte de Buenos Aires, convirtiéndose el barrio a principios del siglo XX en un barrio de la clase trabajadora, con una gran composición de inmigrantes Españoles, Italianos y Judios Sefardies. Un número de familias acomodadas de la Argentina mantiene las propiedades de Barracas, durante gran parte del siglo 20, como el mantenimiento de las unidades de alquiler, de calidad variable. Modestos cafés se abrieron, atrayendo a personas con un estatus financiero inferior. Las Fábricas dominaban la economía de la zona hasta alrededor de 1980, siendo una fuente importante de empleo en la zona.

Las fábricas de Barracas, comenzaron a cerrarse después, y menos servicios de trenes fueron operados a través de la zona. La construcción de autopistas durante la década de 1980 obligó a la demolición de más de veinte edificios residenciales y dos parques públicos en Barracas. El municipio preparó el escenario para el director activista Pino Solanas y su película de 1987. Una crónica de la vida de un grupo de amigos y compañeros de trabajo durante la última dictadura de Argentina, Sur era una oda a Barracas ya que era un relato de los estragos del trabajo de muchos argentinos de clase trabajadora vivida durante esa época.

Iglesia del Instituto Santa Felicitas.